viernes, 29 de abril de 2016

Conejos con galera

Tus ojos derritiéndose en caramelo
pero sólo en mis recuerdos
la ciudad
la ciudad está tan vacía
una tarde soleada en los sombreros,
desde la plaza llueven palomas y bufandas
Cómo aferrarte
si te vas
de a poco
derritiéndote
escapando
por las comisuras de mis labios
como una nota en el viento
como un sombrero en el viento
Love will tear us apart
ya no hay sitios donde mirarte
sólo espejos y palomas,
cajas de mago
conejos con galera, saltando de las galeras
y mis manos asustadas
te vas, honey, te has ido
aquí sólo hay una taza de café
aquí hay cuadros que pintan tu recuerdo
hay música que me anestesia
sol
y bufandas en el viento
Pero sin tu nombre,
pero sin tus sueños.


domingo, 20 de marzo de 2016

Retrato nocturno

Aquella noche y tu mirada esquiva
Dos estrellas en el cielo
Tu mirada sin nombre, lejana,
perdida
entre tazas de café o la página sin leer de un libro
qué extraño libro,dando vueltas inexistente como un vinilo,
tan desconocido...
Mejor vuelvo a mi idea, dos estrellas en el techo.
Es la mirada escondida,
entre los rincones llenos de pintura
de mi departamento
y en los restos de canciones que repito
como un eco todo el día
pegándose entre los dientes
canciones-estrella en el cielo,
canciones estrella en el universo
alejándose en chispazos de luz roja y café,
cada vez más débiles, y más
inexistentes
una canción que va llegando al final.
Un libro que me muero por leer.



12-03-2016

domingo, 13 de diciembre de 2015

Noche y tristeza

Sólo por esta noche déjame con mi tristeza.
Mañana al salir el sol, tal vez me haya dormido
y sus rayos me encuentren con la cabeza fresca;
sentiré el despertar de un nuevo día y,
quizás con la misma calidez del canto de los pájaros,
me sacudiré las sombras frías con una taza de té.
Pero ahora no, déjame mis lágrimas
las necesito al amparo de esta oscuridad
déjame  beberlas y emborracharme en ellas
como en cada sueño viejo, que se disfraza y se va.
Y déjame también el aire vacío
interminable, lo necesito para manotear
y que mis movimientos no me hundan otra vez,
y que mis movimientos no me hundan aún más.
Sólo una noche pido
sentir que estar triste no está mal
que la tristeza no es debilidad
que en mis momentos a solas puedo expresar mi verdad
y no es otra cosa que esto: un alma que quiere llorar.
O gritar.
O volar.

(Mañana fingiré que dormí desde las diez y maquillaré mis ojeras).


Un milagro

Algún día
las luces refractadas de la plaza
después de la lluvia
serán aún más anaranjadas
y los transeúntes tendrán que saltar
sobre los charcos
arco iris que se formen en el agua.
En algún momento
los pájaros que despiertan
cada madrugada
como puñados de arroz
saldrán volando
y cantarán la misma balada.
Algún día cada canción
hablará de lo mismo
en los espejos pintarán sonrisas,
en los "buenos días", ilusión
lugar de encuentro en los libros
flores en cada balcón.

Y en algún momento, otra vez
estaré preparando té para dos.


jueves, 3 de diciembre de 2015

(Un sueño para Ema)

Una chica camina hacia la arboleda
bajo un cielo anaranjado
a kilómetros de la civilización.
Los brazos, apenas separados de su cuerpo
se convierten en remolinos
difuminándose con el prado amarillo.
La chica está de espaldas
yendo hacia el horizonte
en busca de la luz.
Sólo aves que sobrevuelan.
Nadie más se presenta.
Ella ha elegido ese sitio porque
sin saberlo, alguien lo soñó para ella.
El chico que observa,
que está allí sin estar.

Él simplemente sueña
con una chica de cabellos rojos
que se aleja.
El atardecer estático
parece una fotografía
o un cuadro de pintura fresca.
Y el chico está en un museo
desde donde lo contempla;
los trazos son poco claros,
la textura es imperfecta.
- Creo que es impresionista -
susurra a su lado ella.
Él se voltea y la ve,
con sombrero de ala negra
pero ella ya está de espaldas,
por el pasillo se aleja...
Y cuando él quiere correr
sus piernas se hacen arena.
El chico abre los ojos,
encuentra el papel sobre la mesa
y lee.

Allí ha escrito el mismo sueño
una letra más pequeña.

Y levanta la cabeza.
Aunque no descubre a nadie,
siente que ella anda cerca...


martes, 24 de noviembre de 2015

Hombre bueno

Te recuerdo
eras el hombre bueno.
Y aunque tu alma hayan movido algunos vientos

¿tal tornado se ha formado en tus cimientos?

Pies de aire significaba ser clavel
volar, y no soplar hasta romper.
Quizás al verte estuve equivocada

¿era una máscara lo que entonces mostrabas?


Perdido buceando en mentes-naufragio,
si es que alguna vez recuerdas tus cielos templados,
te diré que sólo un eco
me acompaña desde entonces,
una forma que escondías en la mirada.
Esos tiempos, en que aún eras un hombre,

¿no te duelen como espinas encarnadas?

Yo las llevo bien adentro de mi carne
y ya no dueles, pero me desarmas.

Hombre bueno te recuerdo
antes de soltar la espada
cuando hacíamos frente a los miedos
sin ceder ni huir de las batallas.
Ése eras tú, corazón de viento

¿o sólo me mostrabas una máscara?


viernes, 20 de noviembre de 2015

Hacia las montañas del Hombre de las estrellas

En el frío de una media mañana
las montañas son saludadas
por campos de arándanos
bajo un cielo transpirado de lavanda
con pájaros que acarrean sonatas
y horizontes tornándose cada vez más azules.
Una voz que resuena en mis oídos
el vapor del té empaña mis lentes
volutas verdes que suben danzando
a través de la ventisca
hasta el gorro que contiene mi cabello
todo rojo
desafiando los muros vegetales.
Estiro los dedos y toco
mojo mis dedos dorados en la yunga
atrapo los haces de luz
siento sus cosquillas, me río
respiro sus pétalos y el musgo
su hiedra ruda y helada
copos que caen en la luz de mis ojos.

Los pájaros que levantan vuelo
y el Hombre de las estrellas
los acaricia con sus pestañas.
La noche apenas se cierra
sobre mi ciudad recostada en los cerros
brotes de luciérnagas explotan
se incendia el silencio
prendiéndose en la nube que nos atraviesa,
nos empapa
mientras esperamos ver las luces lejanas
de la gente que se ha quedado en casa.
En la penumbra desaparece
el último rastro del Hombre de las estrellas.
Ha dejado un guiño escondido
para saludar a los extranjeros.